miércoles, 27 de agosto de 2008

Crónica desde: los felices años 20.

Ahora sí que sí, éste es la última crónica que hago dentro de la veintena. La próxima ya será en la recién estrenada treintena. Atrás dejo mis 20, custodiando al 2 unos guardaespaldas que van del 0 al 9.
Recuerdo cuando hace 10 años cumplí los 20. ¡Una decada vivida y archivada en el archivo llamado vida! Con mis 20 descubrí las maravillas de la vida universitaria cercanas a casa y mis primeros pinitos en el audiovisual, con 21 descubrí lo que duelen las despedidas y los miedos e ilusiones de empezar una vida fuera de casa en otra provincia, con 22 años afianzamos esa experiencia, a los 23 tuve resbalón y vuelta a levantarse para vivir uno de los mejores años viviendo la experiencia universitaria y radiofónica (uno de mis sueños cumplido) al máximo, con 24 me enfrenté cara a cara con la parte seria de la vida a la que, gracias a Díos, pudimos dejar atrás satisfactoriamente, con 25 mi vida cogió un ritmo más relajado en uno de esos años en los que no pasa nada relevante, con 26 años tuve que crecer a base de hostias por parte de gente que me hizo espabilar (no sin dejarme un desquiciante bloqueo como recuerdo) y conocí a mi media naranja creativa, una gran amiga y uno de los mejores regalos de la vida, V, de victoria, de valentía, de darme la vida, mi V. Con 27 entendí que la vida puede compensar todo lo malo del año anterior con un año buenísimo: el teatro (gracia Ketty) y el doblaje (gracias Alfonso y Chema L y Chema A) que me hicieron desbloquearme y confiar en mis palabras y conocer a gente (todos los dobladores que me han acompañado en el atril durante unos años geniales) que me enseñó que aún queda gente buena por el mundo y al otro gran regalo de la vida, una paloma que me enseñó a volar. A los 28 años, tras un par de años moviditos, vino el descanso y el coger fuerzas. Y a los 29 llegó un nuevo tipo de amor, el que me produce mi sobrinita cada vez que me sonríe y una nueva oportunidad de empezar los 30 como Díos manda. Una manera de cerrar el círculo que recoge mi veintena para abrir el de la treintena. Y es que a los 30 me voy a la gran ciudad con un ángel que me acompaña y otro que me espera para abrir esta etapa con nervios e ilusión. Díos, parece que fue ayer cuando cumplí los 20 y ya estoy casi dándole la mano a los 30. Eso sí, mi Peter Pan sigue dentro dispuesto a dar mucha caña. Comienzo un nuevo capítulo, de título: 30.

2 palabras:

Bueno, yo entre los 26 y 27 conocí a un joven talento que queria dedicarse al cine y al doblaje, que aunque no se prodiga mucho en sus visitas por otras tierras, es muy majo! Feliz cumple de nuevo, ahora ya estoy por aqui y seguiré echandote visitillas al blog

Hola hola Fraaan!

Es verdad que no me prodigo yo mucho por ahí. Tú tb eres mu buena gente y por supuesto que seguimos en contacto y una de las cosas que me he propuesto en los 30 es dejarte más mensajitos y darme tiempo para disfrutar de tu blog, que siempre paso a lo speedy gonzalez! Mil gracias por acordarte de mi cumple! Ole Fraaan!