lunes, 20 de octubre de 2008

Distintas velocidades.



Para desconectar de todo, últimamente cojo mi cámara de fotos, que está un paso más allá de las normales y un paso atrás de las profesionales, un punto medio interesante para poder aprender, y me voy en busca de relax mientras encuentro cosas interesantes. En las fiestas han preparado un mercado medieval y allá que me fuí con la familia, cámara en mano, a ver si era capaz de coger alguna de las muchas posibilidades que me ofrecía el paisaje. Y sí, hice muchas fotos, pero con los muchos errores de principiante y de no conocer bien todavía la cámara. Ya me he bajado programas de retoque para corregir en casa los desaguisados salvables hechos en el lugar donde ocurre la acción. Pero fíajte tú lo que son las cosas que algunas fotos hechas al azar y que propician que las repita para que salgan mejor, tienen un mejor resultado que ni hechas a conciencia con el mejor programa de retoques del mundo. Además, me siento muy identificado con esta. Fijaros en el señor de blanco de en medio y su alrededor. ¿Cuántas veces no te has dado cuenta de que el mundo gira a tu alrededor a una velocidad totalmente distinta a la tuya y tú no terminas de arrancar? ¡Qué sentimiento tan familiar!