martes, 23 de septiembre de 2008

Crónica desde: los principios.

Doy fe. Los principios cuestan mucho. Empezar una historia en otro escenario que no es en el que has ensayado conlleva que cuando representes la obra te asalten los miedos y las dudas, lógicas y que nos hacen sentir que estamos vivos y que sentimos.

Llevo ya una semana en la capital. Dicen que la primera es la peor y yo ya la he sobrevivido, con mucha ayuda por parte de V quien se está encargando que el cambio de este hombre familiar y de costumbres arraigadas hasta el punto de haber vivido solo por ellas, sea lo más llevadero posible. Jamás podré agradecerte V todo lo que estás haciendo pero te voy a seguir agradeciendo. Mil gracias. Pero la segunda semana ha empezado con una gran batalla entre las lágrimas y las sonrisas. De momento, la balanza se situa hacia el lado de las lágrimas, purificadoras por otro lado, pero volveré a sonreir, seguro, con esa sonrisa profident y llena de alegría que habitualmente acampa en mi cara. Pero no puedo evitar la batalla emocional. Mis costumbres, mi familia, mi pequeñaja, esas pequeñas cosas que no tenían la más mínima importancia allí, ahora son las que echo más de menos. Aunque estoy seguro que esta ciudad y esta nueva vida y yo nos llevaremos bien, trabajando juntos nuestra relación, en cuanto nos respetemos las velocidades de vida y adquiramos nuevas costumbres. Ella va a una velocidad y yo necesito ir a otra. Nos adaptaremos.

Pero no todo van a ser pegas y la verdad es que a nivel laboral estamos avanzando. Haciendo contactos de la manera más inesperada posible y dejando que el lado atevido no solo se asome sino que empiece a, tímidamente, ver lo que hay fuera. Ya estamos con el corto y otro guión y en el tema doblaje, preparándome para dar el paso en cualquier momento y empezar, no sin antes aprovechar mi descanso en casa para preparar más azucar para entregar un currículum más dulce de una demo interesante. Pero quiero ir a mi velocidad, a la que creo que me toca ir y a la que mejor sé ir para introducirme en el carril de aceleración y meterme en el ritmo de una nueva vida.

Todos los comienzos son duros y muy subjetivos, sí, pero eso es que estamos vivos y sentimos.

Os dejo con Duffy. Seguimos contando los principios.

1 palabras:

La cosa es simple,te quiero,eres vital para mi, que estés en Madrid hace que esta ciudad me haga sentir parte de ella...Y encima estamos compartiendo el sueño de hacer cine, de respirar cine, de vivir cine(mejoraria si viviésemos DEL cine,pero todo llegará).Y admiro tu fuerza, tu valor, y ese corazón que me hace sentir pequeñita y frágil,de lo grande que es.
Ésto solo el principio, prepárate,que en breve llegamos al primer nudo de la trama...y suena interesante