lunes, 29 de diciembre de 2008

Cuando la vida se detiene...

Me cuesta arrancar.
Mi motor se ha llenado de lágrimas y no quiere funcionar.
El tiempo pasa y la escasa fuerza dejó paso a la pesadumbre de la realidad.
Vuelvo a mi mundo, aquel que dejé hace unos meses, pero éste ya no es el mismo. Parece que se ha olvidado de mí. El mundo real también lo ha hecho.
Ahora mismo estoy en una especie de limbo donde la eternidad es mi única compañía. Donde antes había una vida, hoy no hay nada.
Aún así, una fuerza interior me sigue empujando al arranque. Me dejo llevar. A algún lado llegaré. Eso espero.
Aunque hoy no veo ninguna luz más allá de la pantalla donde veo proyectada mi vida pasar, espero que la luz y el motor de la realidad se encienda y pueda volver a la vida.
Pero hoy por hoy, me cuesta arrancar.