Crónica desde: el rincón oscuro del alma. Hay días, hay días...

Hay días en los que te levantas cuando sabes que no deberías.
Hay días en los que desayunas los problemas del día.
Hay días en los que comienzas a trabajar codo con codo con los tropiezos.
Hay días en los que no ves el final en un agobio que se eterniza.
Hay días en los que no te mueves por más que andes, corras o huyas de la vida.
Hay días en los que malgastas tu energía por ir a contracorriente.
Hay días en los que quieres chillar, reir, llorar pero esa emoción se queda perdida en algún lugar del camino entre tu mente y tu cuerpo.
Hay días en los que el miedo y la duda se convierten en tus mejores amigos.
Hay días en los que piensas que tu talento es una anécdota.
Hay días en los que te das cuenta de que eres un fraude.
Hay días en los que eres invisible y mudo por más que te hagas ver y escuchar.
Hay días en los que tus problemas son molestias para tu gente menos los suyos, que no dudan en contarte y desaparecer cuando te toca a ti.
Hay días en los que lloras con una sonrisa y escondes el dolor detrás de unos ojos vacios.
Hay días que son mejor dejar pasar.
Hay días buenos que están por llegar.
Hay días en los que todo cambía y el sol te baña con su gracia.
Hay días en los que la vida te sonrie y sientes de verdad esa sonrisa.
Hay días en los que la sonrisa y la alegría se convierten en una actitud ante la vida.
Hay días en los que pasas del dolor más amargo a la risa más alegre.
Hay días que te das cuenta de cuan caótico eres.
Hay días en los que pasas por todos los estados.
Hay días... Hay días...